martes, 1 de mayo de 2012

HISTORIAS DE UN CHAT


-         Quiero soñar, besar, amar, sentir nuestros cuerpos desnudos, una mirada, una sonrisa… escuchar la suavidad de tus susurros, los leves gemidos en mi oído… Quiero vivir, no sentirme atrapada por absurdas convencionalidades aprendidas; experimentar.
-         Lo vivirás, lo vivirás a mi lado, los sueños, solo hay que buscarlos.

Días mas tarde, tras un corto paseo por la playa, acabamos sentados, descalzos, en un pequeño acantilado junto al mar.
Las olas al chocar mojan ligeramente nuestros pies. Hace un rato ya me has abrazado, besando suavemente mi cuello, pero, ahora, aquí sentados, rodeados de oscuridad, el tacto de tu mano en mi cintura produce una sensación totalmente diferente, una sensación de cercanía y calor. Me hablas y siento.
Susurras en mi oído cuanto deseabas la soledad a la que ahora nos enfrentamos, tus manos suben ligeramente mi falda; sigues mirándome, mirándome y sonriendo, quizás esperando que el tacto de tu piel haga que sea yo la que me tire a tus labios. Vuelves a sonreír, entonces, te beso.
Te rozo, tu me acaricias, y, poco apoco empieza a desaparecer la sutileza y, con ella, nuestras ropas volaban por el acantilado.
Siento tus dedos comenzar a recorrer el territorio inexplorado de mi piel.
Comienzan subiendo por las piernas, apretando la preciosa carne suave, Acariciabas cada centímetro, besabas cada poro, las caricias se sentían cada vez más en ese cuerpo, el corazón me bombeaba de deseo, en ocasiones me mordías suavemente.
Una enorme ola nos empapa, y eso nos hace reír a carcajadas. El agua está fría, pero apetece su suavidad. Tus manos resbalan sobre mi piel húmeda, y ahora corren suaves hacia arriba.
Mis pezones están duros; cuando nos juntamos, nos une la pasión y se para el tiempo, es como si todo empezara desde cero, como si olvidáramos el presente sumergiéndonos en el deseo.
Tus manos continúan subiendo por mis piernas, ¿te parece que acabarán en ese tesoro que guardas entre ellas? Nooo, demasiado fácil, demasiado cómodo, demasiado rápido. Se deslizan por mis caderas, incendiando toda su tersa superficie, evitando esa maravilla que dejas para el final, cuando la pasión estalle, cuando ya no pueda más, cuando te lo pida a gritos, y  quieras concedérmelo.
Vas hacia mis lumbares, sin apenas detenerte en mis nalgas y tus dedos se extienden como ramas. Siento que me podrías abarcar entera, mi cintura, mi espalda… se me escapa un gemido de placer, aprietas con golosura, empujándome y levantando mi cuerpo levemente mientras me abandono a ti, como si durmiera, con los ojos cerrados. Nuestras bocas se unen en un beso largo, suave, aterciopelado. Yo respondo con más pasión, y más juego, con más ganas de ti. Atrapo tu labio inferior y succiono con fuerza, demandando esa pasión que, inmediatamente, me das, mordiendo los míos suavemente mientras tus manos ahora circulan por mi espalda, a cada paso aprietan con calor sus músculos,
De repente, veo una sombra depie junto a nosotros.
-         ¡Este es el regalo que te tenía preparado!, me dices.
Estaba tan perdida en mi paraíso que no me había percatado de su llegada.
Una joven y bella chica se postra de rodillas entre nosotros, como si se tratara de un presente, no dice nada, solo nos mira, y sonríe.

Me acerco, sonriendo también, y la beso suavemente. Es el momento que ella esperaba para entrar en acción, pequeños besos sensuales la recorren mientras mis manos ardientes la acarician comprobando el tacto de su piel. Te vuelves loco al vernos e insertas tu boca entre las nuestras mientras tus manos comienzan a recorrer ambos cuerpos como si deseara atraparlos para si. De repente se produce el abandono total, se cierran los tres pares de ojos, me tumbáis, las pieles, los cuerpos, las pelvis, se atraen como un imán, ya solo existen manos recorriendo cuerpos, desaparece el acantilado, desaparece todo el paisaje, solo existen cuerpos descontrolados por la pasión y el deseo El mundo de los sentidos invade toda la escena, buscando los puntos mas placenteros de los demás, solo las lenguas en una lucha ardiente a tres bandas, buscan el origen del placer de sus contrarios. Comienzo a sentir los dedos de la chica recorriendo mi cuerpo, mis pechos son acariciados por manos masculinas y femeninas, una desconcertante mezcla de texturas, suavidades y presiones, nuestros corazones laten con fuerza, los ojos se miran hasta llegar al alma.

Es entonces cuando te pones de pie, tu sexo está duro y terso; palpita bailando delante de nuestras caras, como si tuviera vida propia. Es el momento adecuado para un beso lleno de lujuria, nuestras bocas se encuentras sobre esa carne dura, recorriéndola, lamiéndola, terminando por chuparla. Nos comemos al tiempo que nuestras bocas no paran de darte placer, nuestras manos se entrecruzan y acarician recíprocamente. Echas hacia atrás su cabeza, no creyéndote tal placer, la visión de tanta belleza y tanta lujuria que te lleva casi al clímax. Pero sabes que has de esperar, esperamos más, mucho más; y sabes que la recompensa valdrá la pena. Cambias de tercio y te vuelves a agachar.
Me tumbas y ambas manos recorren mis muslos, mis senos… Me dejo llevar, todo me envuelve, es como si estuviera viviendo un sueño. Se que los tres estamos aquí, pero es como si mi mente me hubiera abandonado y estuviera visualizando la escena desde fuera. Quizás tantas veces lo había soñado, tantas veces lo había deseado, que ahora siento que me faltan manos. Deseo devolver todo el placer que me estáis brindando.
Seguís en vuestro recorrido por mi cuerpo, unas manos se pierden en mi boca, y veo como tomas con cariño, pero con decisión, la cabeza de la chica y la acercas al dulce espacio que hay entre mis piernas. Veo tu mirada, me preguntas si me gusta, ¡claro que me gusta! Veo la mirada de Ella, semioculta entre mi sexo. Es de entrega, pero también de lujuria; es la mirada de una virgen con el brillo de un súcubo, prometiéndome que me va a comer viva. Lentamente, esa mirada se pierde entre mis piernas; siento la viscosidad de su lengua rodear mis labios mayores, suavemente, mientras tu me acaricias los senos y me comes la boca con dedicación, pero yo deseo mirar esos ojos que me comen sin dejar de mirarme, redondos, incendiados, oscuros, brillantes de fiebre. Su experta lengua llega a mis labios menores, y se entretienen con ellos, sus labios lo chupan como si fuera un delicioso caramelo, succionándolo suavemente. Tu recorres mi pecho una y otra vez, dibujando círculos húmedos en mis pezones duros con mi lengua. Siento las manos de la chica, aferrándose fuerte a mis nalgas. Mientras su lengua entra en mi suavemente; susurras en mi oído:
-         Regálale tu néctar.
Ella recorre suavemente mi sexo de manera vertical.
-         Dáselo, hazme ese regalo.
A Ella la miras con gesto autoritario.
- Bébetela.
No se hace rogar y comienza a imprimir mas presión en mi sexo, pellizcas mas fuerte mis pezones; mi respiración se vuelve mas acelerada, al tiempo que entrecortada, no paro de elevar mis caderas, buscándola. Acercas tus labios a mi oído y susurras cosas que avergonzarían a muchas mujeres.
-         ¿Te gusta como te come esta zorrita?, ¿te gusta como bebe tu rico néctar?
Te miro con deseo y eso te hace seguir por ese camino.
-         Ya veo que si te gusta, disfrutas. Ya te dije que te vería caliente como una perrita, y así te tengo por fin. Reconoce que te pone sentir como succiona tu clítoris brillante e hinchado.
No paro de retorcerme como única contestación a tus palabras.
-         Dime que te está volviendo loca, DIMELO.
Susurro un apenas audible me gusta.
-         Repítelo en alto, dime que te gusta que te coma
-         ME GUSTA QUE ME COMA
-         Pues ahora córrete para mi, córrete para nosotros. Dime que te gusta que juegue con su lengua en tu coñito,
Los jadeos apenas me permiten hablar.
-         Si, si, me gusta.
Aprieto la cara de la chica contra mi entrepierna mientras la agarras del pelo y la restriegas contra mí.
-         No dejes de chuparla perrita, cuando acabes tu, la follare yo para hacerla volver a correrse.
Chupa ansiosa, con deseo, tu la alientas a seguir.
-         Haz que se corra en tu carita viciosa nena,
No da abasto a recorrer mi coño, todo es lengua, agarro su cabeza y la hundo, aun mas entre mis piernas. Restriego mi coño contra su cara, grito, ya no hay ola que silencie mis gemidos; otro grito y empapo la cara de esa zorrita que, casi con ansiedad, eleva su rostro respirando, pero con gesto de orgullo, os miráis y os besáis.
-         Me encanta el sabor de tu coño en otros labios, pero ahora me toca a mí.

Cuando aun no ha parado de palpitar mi sexo, hundes tu polla en el, y le dices a la chica que ahora he de ser yo la que te coma, ella se coloca sobre mi cara mientras tu, embestida tras embestida, me follas casi con rabia. Esta dura y deseosa de entrar en mi cuerpo caliente.
Los movimientos que imprimes a mi cuerpo son casi suficientes como para que, solo con la lengua fuera recorra ese coñito, ella a horcajadas sobre mi cara busca su recompensa; su joven sexo esta abierto, chorreante y palpitante, sabe que no la follarás, a si que, se correrá sobre mi cara, como yo hice con ella, paso mis manos adelante para acariciar sus turgentes pechos, ella me cabalga con la lengua fuera, como una perra en celo, la veo desde abajo entre sus pechos.
-         ¿Esto es lo que deseabas no? ¿Qué te follara?
Hago un gesto de asentir con la cabeza mientras no dejo de pasar mi lengua por su sexo
-         Deseo que cabalgues a esta yegua, le ordeno autoritario, y que derritas tu bonito coño sobre ella.
Ella imprime mas fuerza sobre mi casa, yo busco su clítoris, acariciándolo, hasta que empieza a gritar, a moverse como una posesa, restregándose contra mí, corriéndose en mi cara. Necesito elevar un poco sus caderas para poder respirar.
Nuestras bocas se unen en un beso ardiente y lujurioso.
Nos miramos sonrientes y, a cuatro patas andamos hacia ti, poniendo caritas de niñas buenas, pero, como tu dices, con mirada de súcubo.
Te agachas para besarme, pero te quito la cara.
-         no, no probaras mis labios, usare esta lubricación para tu polla.
Llegamos hasta ella y comenzamos a lamerte, sabes que ha llegado tu momento, ves dos gatitas salvajes devorando tu entrepierna, y, por primera vez en toda la noche te dejas llevar sin controlar tu cuerpo, ya no deseas hacerlo, ha no lo necesitas, ahora es tu placer, tu polla está dura y ansiosa por estallar, se te nubla la mente ante la visión de esas dos lindas caritas jugueteando con tu duro sable.
-         Ahora queremos nuestro premio, hemos sido buenas perritas.
Tu excitación es tan salvaje que parece que la piel de tu polla se fuera a resquebrajar, un hondo suspiro surge salvajemente de lo mas hondo de tu garganta, miradas lujuriosas te piden a gritos que te abandones, agarras nuestras cabezas, acariciándonos el pelo sintiendo como nuestros labios succionan tu sexo, no puedes mas, no resistes nuestras miradas de gatas, no puedes mas, ahhhhh, descargas sobre nuestras bocas el ansiado premio, seguimos lamiendo despacio, lo que prolonga tu orgasmo, y, casi tienes otro cuando, con una pasión incontrolable, nos ves besándonos, compartiendo el liquido de tu placer.

Quien sabe si, el deseo nos haga volver a empezar….


Escrito por:
LILIANAKB
LATIGO
UTOPICA
GIOMAD

Ilustrado por:
EL GRANDOTE
BHECTOR





3 comentarios:

Anónimo dijo...

es solo tuyo y de latigo.. mio solo fue el deseo de soñar y dejarme llevar por una bella fantasia...... gracias por dejarme conocerte... y saber que eres un encanto de mujer.... es como tu... simple y bello, envuelto de embrujo, encantos, historias, que salen del corazon ... solo el deseo.... besos uto.. gracias.. lili

Utópica dijo...

No Lili,creo que te confundes, hay mas frases tuyas de las que recuerdas, y, seguro que fué al revés, Látigo y yo nos dejamos llevar por tu fantasía.
Ya ves, sigue soñando, a veces, los sueños se convierten en realidad.
Besos, nos vemos.

reinamora dijo...

vayaa! que gran equipo todos y cada uno de ellos que han participado!