Ponte de rodillas. Aquí, cerquita del sillón, para poder
lamerme, y cuando esté caliente, ya veré que hago contigo.
Mis amigas miran entre divertidas y alucinadas mientras
yo me arrimo a tu oído y te susurro con cara de malvada:
- Te voy a atar para que te usen mientras yo me siento a
mirar.
Se te pone esa cara de perro salido que tanta gracia me
hace, y no puedo evitar reírme.
Después de seguir charlando con mis amigas y de que
alguna de ellas bebiera más alcohol del recomendado, me canso de tenerte a mis pies.
Cada vez lames más cerca de mi entrepierna. De vez en cuando, con un golpe, te
recuerdo que ese caramelo aún no te será dado, y vuelves a bajar hasta mi
rodilla, para volver a comenzar el ascenso.
Me pregunto si crees que soy tonta, porque como estoy
hablando, te crees que no me voy a enterar de que te arrimas a mi coño, pero,
aparte de que siento, sería difícil no percibirlo con tu manera de jadear.
Mis amigas miran curiosas por ver que eres capaz de
hacer, cada vez con más alcohol en su cuerpo.
Me levanto, y cojo unas cuerdas, quito dos cuadros de una
de las paredes del salón, y ríen. Bajo ellos, se esconden dos argollas que
servirán para mantenerte las manos inmovilizadas.
Te quito la ropa que te queda, pero decido dejarte los
calcetines.
- Esos te los dejo que hace frio-jajajaja- además así
estas más patético.
Me siento frente a ti, observando; empiezan a
tocarte, mirándome como preguntando hasta donde podrán llegar. Mientras, tienes
las piernas abiertas esperando no se sabe que.
Ocho manos empiezan a recorrerte y casi de inmediato tu
polla se pone tiesa.
Me miras, agradecido.
- Mira que cara de salido se te pone, solo te falta
babear. Aggg que agco, ¡si ya babeas! -La polla te crece ante cada lengüetazo
de mis amigas- Ya puedes cumplir perro porque son unas zorras; te van a dejar
seco.
- Sí Ama, lo haré
lo mejor que pueda, Ama.
- De momento no puedes hacer nada, ahí atado.
Poco a poco van cogiendo confianza, se ríen, te tocan,
una empieza a masturbarte, se descojonan viendo tus gestos, de miedo,
excitación, de obediencia….
- Es vuestro juguete chicas, espero que os divirtáis con
él como nunca. No os cortéis.
Te están echando la cerveza por tu cuerpo y lamen, creo
que han bebido demasiado, al menos Patricia.
Estas muy excitado. Siempre hemos hablado que es una de
tus
fantasías, chicas borrachas aprovechándose de ti, lo que no te imaginabas
cuando me llamaste a ver si había terminado mi comida, es que sería hoy. Y, o
poco te conozco, o el que yo esté frente a ti, mirándote con una copa en la
mano aumenta esa excitación y hace aún más perfecta tu fantasía.
Me arrimo, acercando mi cara a la tuya, para sentir el
aliento de tu respiración. Cierras los ojos y echas la cabeza hacia atrás.
-Estoy por taparte los ojos- te susurro al oído….
- ¡No te pases Patricia coño!, que se le ha escondido la
polla del susto que le has metido. Ahora alguna vais a tener que mamar si queréis
volver a verle la polla.
-¿Qué te pasa perro?, ¿sólo te gusta cuando te pega tu
ama?
Vuelvo a arrimarme a ti, lamiéndote el cuello, pongo una
mano en tu ingle, acercándome peligrosamente a tus huevos. Apenas dos caricias
acompañadas de mis palabras obscenas y vuelves a tener la polla a tope.
Me río, te doy toquecitos en los huevos, y Patricia
vuelve a arrimarse, agarrándote la polla, pero la mirada que la pongo la hace
ponerse seria.
- Cuidadito chicas, es mi juguetito. Os lo presto, pero
no me lo podéis romper -digo riendo pero dejando claro que hay límites y que no
estoy dispuesta a que se salten.
Cojo a Alicia y la pongo delante de ti, restriego tu
polla entre sus piernas, al mismo tiempo la digo,
- Juega con su polla, mira como le babea al perro.
Tanto conocernos, te leo en los ojos el pensamiento.
Siento el agradecimiento, hasta la ternura con la que piensas…. Me encanta que me compartas con tus amigas,
Ama.
- Puta, que eres una puta. Te van a reventar los huevos
solo de sentir su humedad.
Jadeas ansioso; se nota que empieza a desesperarte estar
atado.
- Te gusta ¿ehhhhh?, a ver si te gusta tanto si te doy la
vuelta.
Te desato y con la fusta en la mano, te apoyo sobre la
mesa, con el culo en pompa.
Plás
- Abre bien las piernas puta.
Alicia se mete bajo la mesa, de rodillas, y empieza a
comerte la polla, mientras Patricia decide volver a participar y va a tu culo acariciándolo
con dos dedos. Me quedo cerca porque no me fio y veo que te mete los dedos sin
aviso, claro que, con lo perro que estas, no te hace mucho daño.
Jadeas, gritas, Alicia te está poniendo a mil hasta hacerte
olvidar que Patricia está jugando con tu ano; más que olvidarte de ella, lo que
estas olvidando es que no deberías fiarte de ella, y estas disfrutando.
Me arrimo otra vez.
- Complácelas, quiero que se queden contentas con mi perrito.
No eres capaz de emitir más sonidos que ufffff, ummmmmmm
ahhhhhhhhhhhhh. Jadeas como el perro que eres.
- Ni se te ocurra correrte, que son cuatro.
Me miras asustado, como si de repente recordaras que hay
dos más que aun no se han arrimado. Levantas la vista, y las ves en el sillón,
con los pechos al aire, masturbándose mutuamente.
- Míralas, son más perras que tu, y están super cachondas,
comiéndose una a otra a falta de una polla que les de placer.
-Túmbale, quiero follármele. Dice Patricia.
Te llevo a la cama, te voy a atar al cabecero pero te
digo al oído…
- Te iba a atar al cabecero, pero no hace falta verdad…
vas a estar muy quietecito.
- Si Ama, no me moveré Ama, haré lo que me ordenes.
Tu polla está a punto de reventar, Patricia se sube a
ella y a media lengua, apenas se la entiende con el pedo, dice....
- A ver cuánto da de sí el caballo para montarlo.
Y empieza a
moverse torpe, te agarra una mano y se la lleva a su teta, la agarras fuerte mientras
ella se mueve como puede sobre tu cuerpo. Te da un golpe en el pecho.
- Muévete perro -te dice.
La miro, solo la miro, no la tengo que decir nada, pero
ese gesto es suficiente para que recupere el control y se centre en follarte
para correrse. Una de sus manos va a su clítoris. Alicia te toca los huevos
mientras te muerde suavemente.
- Vas a reventar puta- Te dice cachonda.
Ester y María, se levantan. Van hacia la cama. Una de
ellas, Ester, se levanta la falda y se pone sobre la cama; bajando a tu boca te
dice:
- Come perro.
Antes de que llegue a la boca te has corrido.
- Joder, cerdo cabrón, eres un puto salido¡¡¡ No aguantas
nada.
- No me lo puedo creer, ¿así crees que puedo presumir de perro?
Pues vaya mierda. Las has calentado a todas y ¿ahora qué? ¿Qué crees que vas a
hacer?
Voy a buscar una cosa.
- Levántate perro, ponte esto.
- No Ama no, por favor, lo siento, pero no me hagas hacer
eso.
- Ponte mi arnés y deja de protestar, será la única forma
de poner follarlas.
Lloriqueas.
-Ama las complaceré con la lengua, con las manos, como
sea Ama, no se irán sin correrse.
- Lo puedes tener bien claro, ponte esto de una vez.
Plás
Plás
Mis amigas se escojonan de verte
- Ahora sí que tiene buena polla, voy a cabalgarle- dice
Ester. Las demás se ponen a tu alrededor, María ocupa tu boca y Patricia, ya
más relajada tras el orgasmo, se encarga de tus huevos, cosa que sigue dándome
miedo.
Ester te cabalga con fuerza y no habías pensado hasta
ahora el dolor que podía causar tu polla aprisionada bajo el arnés, lo que hace
que te crezca y te produzca más dolor.
Agarran tus manos y llevan cada una a un coño mientras el
otro sigue en tu cara.
Apenas puedes
darlas placer concentrado en comerte el coñito que te han puesto encima y en
hacer lo posible para que no te reviente la polla debajo del arnés.
Aguantas así unos minutos pero haces un gesto y me acerco
para ver que pasa. Sin romper el juego me das a entender que te va a reventar
la polla bajo los saltos de mi amiga que está reventándose a si misma con el
juguete. Me arrimo, la paro un segundo, coloco tu polla para que no te haga
daño pero vuelvo a hacer que Ester baile
sobre mis pollas de juguete.
Voy a tu oído y te susurro, -¿bien?
Ya no puedes contestarme, simplemente mueves la cabeza
alante y atrás bajo el coño de mi amiga que te agarra la cabeza con ambas manos
follándose tu cara.
-Saca la lengua perro, sácala bien joder.
Están locas todas, una de ellas va a las tetas de la que
te esta follando la cara y empieza a comérselas, otra va a las tetas de la otra,
se escucha una carcajada.
- Jajajajaja perro patético.
No entienden porque lo digo pero he visto debajo del arnés,
que te has vuelto a correr. La que te estaba follando se ha corrido también y
pide sitio a la que está sobre tu cara para que la limpies.
- Lámeme perro, déjame el coño bien limpio.
En realidad he sido yo la que se lo he pedido. La que
estaba sobre tu boca, que tiene el coño abierto de tanta lengua, se pone sobre
el arnés.
- Mira que os gusta una polla zorras…
No paran de tocarse, no paran de lamerse, se pellizcan
las tetas, gimen como cerdas. Unas y otras se van turnando hasta que todas se
corren sobre mi juguete. Te corres una vez más con la vibración del arnés al
máximo. Estás exhausto, no puedes más.
Con el pedo te han dejado más de un moratón de agarrarte
más fuerte de lo debido, pero con la
excitación aun que no te das ni cuenta. No puedes más, estás agotado, sin embargo sabes que, en
cuanto se vayan, seré yo la que desee ser complacida.
Me despido de ellas mientras te doy la orden de ir a la
ducha pero sales más cansado con el relax.
- ¿Estás cansado?
- Mucho, me va a costar un par de días recuperarme.
Me arrimo a ti y te como la boca.
Plas
- Buen perrito, se han ido muy contentas, has conseguido que se corrieran todas.
- Gracias Ama.
- Pero ahora ya sabes......tu ama desea ser complacida ¿vas
a tener fuerza para ello?
Bajas la cabeza avergonzado, te agarro la polla con dos
dedos y la levanto.
- ¿Has visto este despojo? no creo que con eso puedas
darme nada de placer.
Voy girando a tu alrededor
- ¿Y ahora que hago contigo, cómo se supone que me vas a
complacer?
Te tiro sobre la cama
y empiezo a acariciarte lasciva el culo, al tiempo que te propino pequeños
azotes.
Plas
- Igual este culo puede ayudarme.
Elevo un poco tus caderas y empiezo a jugar con dos dedos.
Me pongo el arnés, cojo vaselina y me pongo frente a ti.
- Ni se te ocurra bajar el culo perro, engrásame bien la polla que cuanto más
engrasada esté menos te dolerá.
Con ambas manos y mirada lasciva acaricias el juguete.
- Te complaceré Ama a pesar de todo seré capaz de darte
placer.
Te como la boca de nuevo.
- Seguro perro, porque cuando te este follando el culito,
me sentiré más que complacida.
Me levanto y vuelvo detrás de ti; vuelvo a coger vaselina.
Comienzas ese baile provocador de zorrita complaciente que tanto me excita, arrimando
tu culito cada vez más.
- Pídeme que te folle, perro, pídemelo.
- Fóllame Ama !! te lo suplico.
- No te escucho.
- FOLLAME AMA!!
- Así perro, ¡como puedes ser tan salido!. Horas usándote
y se te abre el culo en cuanto te arrimo la polla. Claro que te voy a follar
perro, te follare hasta que no puedas más, es el precio que pagarás por el regalo
que te he hecho.