Nada como un reto para activar mi mente; quien me conoce lo sabe. Quizás por eso mis amigos habían decidido darme una sorpresa.
Solo sabía el
nombre de los implicados, Al-Ándalus y Ejiménez; y sabía que ambos habían
apostado contra mí, pero no sabía en qué consistía el reto y lo que nunca supe
era que ocurría si no era capaz de superarlo; quizás es que, a pesar de su
apuesta, era algo que no se habían planteado, jajajaja.
El caso es que días
antes alguien me dio una idea para un bondage (Duendecillo) y pensé que ocurriera lo que
ocurriera con el reto propuesto, de mi retador me "vengaría" llevando
a cabo esa idea.
De mi retadora....
Mmmmm, esa requería otra venganza que algún día será contada e ilustrada; prometido a todos los lectores, y esto también
me lo tomo como reto jajajaja.
Al-Ándalus date por
jodida!!!!!
Pero vayamos a los
hechos.
No sabía que habían
preparado pero los que me habéis leído sabéis que me gusta jugar y provocar, a
si que, durante aquella cena de amigos, me pase toda la noche recogiendo mi pelo
con unos palillos chinos mientras una y otra vez miraba a mis retadores con esa
cara de niña buena que me caracteriza y les decía...
- Qué se me habrá
ocurrido.
- Puede que los de
las sorpresas sean los sorprendidos.
- Para qué querré
unos palillos chinos.
Reían, claro que
reían, pero al tiempo debían pensar.... Que de la habrá ocurrido a esta cabrona
con los palillos.
Terminada la cena llega
el momento de la sorpresa. Previamente al-Ándalus me había
dicho, "solo te diré que te quiero más zorra que nunca".
- Tienes que atar a
Eji, dice mi retadora.
Una amplia sonrisa
ilumina mi rostro, pero, ¿dónde estaba el reto? He atado a mucha gente, ellos
lo sabían.
- Tienes que atarle
pero sin taparle los ojos.
Jajaja ahí tenía mi
reto.
- Te vas a enterar
cabrona, esta te la devuelvo con creces.
Para quien no
conozca a Eji, es un hombre grande, de carácter dominante y mirada intensa.
Probablemente muchas tiemblen ante una mirada dura de las suyas, pero esa no
era yo, sin duda.
Le miré a los ojos,
le sonreí, le besé con la pasión y la excitación que me daba saber de mi batalla
ganada antes de librarla. Comencé a desnudarle sin dejar de mirarle a los ojos
y coloqué un par de palillos chinos con gesto retador en mi pelo.
Como siempre que
aparece Lady Nudos a los pocos segundos me había olvidado del resto de la
gente, solo éramos él y yo.
Le tenía. Le tenía
a mi merced y por voluntad propia, uff. Ese pensamiento me excitaba.
Casi desde que nos
conocíamos nuestras formas de ser, ambas dominantes, habían chocado en
múltiples guerras dialécticas, tan intensas como excitantes, ahora, verle así,
a merced de mi "maldad" mmmm.
Las cuerdas
comenzaron a recorrer su cuerpo mientras su mirada no se despegaba de la mía.
Las caricias se sucedían a través de la seda pero la reacción de su piel al ser
rozada, me traspasaba como su fueran mis manos las que le tocaban. Observaba su
boca. De cuando en cuando el deseo por besarle me devoraba. Me dijo algo y mi
gesto autoritario, mi mirada desafiante y retadora le contestaron. No se
intimidó, claro que no, nunca he pretendido eso con nadie y menos con él.
Se excito. Más. Le
gustaba la idea del reto pero le encantaba ver que estaba a la altura. Lo que
no sabían era que superaría la altura y con creces.
No podía observar a
Al-Ándalus (suelo estar de espaldas a la gente para que nada ni nadie distraiga
mi atención sobre aquello que estoy sintiendo), pero supongo que, habiéndome
visto hacer muchos bondage, se preguntaría porque quedaban cuerdas colgando de
las muñecas.
Imágen real.
Fui a las piernas.
Previo paso por su sexo, y las cuerdas seguían quedando sueltas, sin acabar de
rematar.
No recuerdo que
dibujo cubrió aquel cuerpo, pero no
puedo olvidar esa piel, no dejo de pensar en el deseo entre ambos que desde ese
día solo se ha visto acrecentado. Me sobraban casi todos (y no digo todos que
alguna me mata) y en ese momento, cuando estaba a punto de rematar mi jugada y
sorprenderles con mi atrevimiento. Me paré, le miré a los ojos, y me plantee si
continuar adelante.
Sí, estaba
relajado, tranquilo, excitado, colaborador, pero, sobre todo vi a mi amigo,
aquel con quien tantas charlas había tenido, y recordé cuan parecido era a mí.
Jugaba por placer, no le importaría perder y disfrutaría viendo que estaba a la
altura.
Comencé a sacar los
palillos chinos uniéndolos a cada uno de los cabos que habían quedado sueltos.
Cinco cuerdas,
cinco palillos, cinco apéndices, un reto, y yo me había fabricado una
marioneta. Ufff y qué marioneta.
Entonces sonreí y
goce.
Cualquiera pensaría
que fue sensación de poder, de dominación. Noooooo, era sensación de felicidad, de
complicidad, de amistad, era la sensación de saber que mis retadores estaban
orgullosos de haber perdido el reto.
Le había atado, le
había convertido en una marioneta cuyos apéndices se movían a mi antojo.
Había aprobado sí,
con matrícula de honor, si. Pero la satisfacción venía de saber que solo de
la relación que nos unía podíamos hacer algo así. Otra vez nuestra amiga
la complicidad.
Hace poco,
recordándolo con Al-Ándalus me dijo:
Cagoenlarazonquenosparo,
si no, ese día se lía.
Quizás algún día
vendrá la segunda parte querido Eji, no te digo más.
Lo que queda de esa
noche, es un buen recuerdo, un deseo y cuatro personas que tenía cerca a las
que puedo decir Tq.
4 comentarios:
Como te gustas las cuerdas Lady Nudos... algún día me tienes que dar unas clases ;)
A ti te doy yo lo que quieras guapooooo
Mmmm, quiero aprender....
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