jueves, 23 de enero de 2014

GATITA por Utópica



Casi se tiró a sentarse entre mis piernas, abrazada a ellas. Comencé a acariciar su cabeza, hablándola con suavidad.
- Tenía ganas de verte Gatita, y de tenerte así.
Empecé un monólogo mientras ella, con sus ronroneos provocadores inundaba la sala imprimiéndola de una extraña aura sexual. Yo la ignoraba aunque a ella iban dirigidas mis palabras; como si no la viera, como si aquella cabeza que estaba acariciando no fuera la suya, como si no me diera por aludida ante su deseo sexual. Quería saber hasta donde llegaba en su intento de llamar mi atención. Hablaba de cosas banales y ella me escuchaba atenta recibiendo mis caricias y mirándome ensimismada al tiempo que contrariada por lo que estaba ocurriendo. Sabía del deseo de ambos, por eso, la escena que estaba viviendo  le estaba pareciendo surrealista.
- Total, que, al final el domingo pude conseguir el libro que estaba buscando, MAULLA GATITA, pero me salió más caro de lo que esperaba.
Sus ojos se abrieron como platos y me miró, como si no estuviera  segura  de las palabras que había escuchado de mi boca; sin embargo, maulló débilmente al ritmo de una excitación inmediata e insospechada.
- Miauuu.
Continué hablando como si nada, pero ya con una sonrisa maligna instalada en mi rostro. Entonces se percató de lo que se esperaba de ella. Era su Gata, como tal debía comportarse, y ese nombre no había llegado gratis.
Se puso a cuatro patas y restregó el lomo contra mis piernas, recibiendo una caricia. Cuando su culo llegó a la altura de la mano, paró, maullando a la espera de algo más que una caricia.
- Pero mira que eres puta Gatita. – Dije metiendo la mano entre sus nalgas. Sabía que el juego estaba empezando a excitarla, que la llamara puta con tanta naturalidad hacía sus efectos y aquello era recíproco porque la respuesta que recibió fue un pecho al descubierto y una orden.
- Lame.
Más como si fuera una perra saltó sobre el sillón y comenzó a lamer ansiosa, sabiendo que, saciando mi deseo, saciaba su necesidad de sentirse útil, usada. Observaba cada uno de mis gestos, cada uno de mis gemidos, buscando complacer a quien tanto la complacía.
Lamía y me miraba a los ojos. Tomé otro trago de vino, agarré su barbilla y la acerqué a mi propia boca dándola de beber. Cuando la hube vaciado pregunté.
- ¿Tenias sed gatita?
- Si – Fue su escueta respuesta, sin embargo, el tono de su voz delataba su excitación.
- ¿Quieres más?
- Siiiiii.
Abría su boca, ofreciéndomela como más tarde me ofrecería el resto de su cuerpo.
- Tranquila Gatita, si algo haré hoy será darte de beber.
Su entrega hacía que me descontrolara. Agarré fuerte su mandíbula y la acerqué besándola bruscamente. La otra mano se coló entre sus piernas para comprobar cómo estaba su sexo.  Aparté el tanga y acaricié suavemente.
- Veo que estas caliente, lo vamos a pasar bien.
Continué mi recorrido y llegué a su ano, dio un respingo y me sonrió.
- Arrodíllate.
Abrí mis piernas y no necesité dar ninguna otra orden. Su cabeza se perdió entre ellas con toda la pasión  de la que era capaz, y creerme, era mucha. Mis caderas empezaban a alzarse buscando su boca, mis manos agarraban su cabeza con fuerza guiando los movimientos que más placer me daban.
- Mírame Puta.
Su vista se alzó buscando la mía y vi lo que imaginaba; una mirada lasciva y provocadora. La sumisión y ternura que hasta ese momento me había regalado había dejado paso a la lujuria que ambos buscábamos en nuestra relación.
Separé un poco su cabeza.
- Saca la lengua.
Mis manos inmovilizaban su cabeza pero mis caderas se movían sobre su lengua usándola para complacerme.
Tras un rato de movimientos suaves, disfrutando de mi Gatita, mi excitación dejó de ser controlable y de nuevo agarré su cabeza para moverla a mi antojo sobre mi sexo. Jadeaba, gritaba, movía mis caderas y comencé a ordenarla a gritos.
- Bebe Gatita, bebe ahora.
Ella también jadeaba, caliente como la puta que era, bebiendo aquellos jugos que tanto deseaba y que tanto había trabajado para conseguir.
Mis piernas abrazaron su espalda impidiendo que se moviera y mis manos apretaron su cabeza contra mi sexo culminando un intenso orgasmo.
Separé su cara y la besé apasionadamente compartiendo mi sabor en su boca. 
Volví a separarme a mirarla y  relamió como gatita golosa arrancándome una risa divertida.
- Golosaaaaaaa.
Volvió a relamerse provocadora.
- Mucho, ya lo sabes.
Apenas me consentí desfallecer unos segundos y rápido la ordené.
- Ponte sobre mis rodillas.
Obediente y excitada se colocó sobre mis rodillas, dejando su hermoso culo al alcance de mis manos.
Zas.
Recibió el primer azote de muchos que sabía iba a recibir y me lo agradeció con un pequeño jadeo. No eran azotes de castigo, al contrario. Eran azotes de excitación, sabía que con esos cariñosos pero duros azotes su culo se mostraría aun más dispuesto a ser follado.
Zas.
A cada azote seguían caricias que recorrían sus nalgas acabando entre ellas, justo en su ano.
Zas.
Los jadeos de agradecimiento eran cada vez mayores.
Zas.
- Ábreme tu culo zorra.
Casi no había terminado de hablar cuando sus manos fueron a separar sus nalgas y una sonrisa se dibujo en su rostro.
- Tómalo, tómame.
Contesté con otra sonrisa.
- Eso haré, tomar lo que es mío.
Cogí un guante de látex y la vaselina. Metí la mano directamente en el bote y volví a recrearme en sus nalgas. 
- Mírame.

Volvió su cabeza hacia mí.

Mis manos se adentraban cada vez más entre sus nalgas pringosas. Mis dedos rozaban su ano, sus ojos pedían más y un dedo la penetro suavemente. Puso un gesto de dolor, no porque se lo produjera,  si no como acto  reflejo. Metí dos dedos sin dejar de mirarla a la cara y me contestó provocadora con un maullido.

Entró el tercer dedo y ahora su gesto de dolor si fue real.

Acaricié suavemente su interior, con movimientos calmados y, pasados los primeros instantes de dolor comenzó a jadear excitada.

Mis dedos entraban y salían pero no llegaba a su sexo y deseaba hacerlo a si que la ordené que se tumbara boca arriba. Yo me coloqué de frente y mientras volvía a penetrarla comencé a jugar con su sexo. Los gritos me excitaron de tal manera que aunque apenas llegaba por la postura, me acerqué a comerla la boca.



- No aguanto, no aguanto más.-Me gritó.

- Nadie te ha ordenado que lo hagas Gatita, córrete, córrete para mí.

Como si estas palabras hubieran sido mágicas su rostro se desencajó, sus jadeos cesaron y se corrió casi inmediatamente dejando mis manos empapadas. La llevé a la comisura de sus labios y rápido saco la lengua lamiendo su propio orgasmo.

Se le saltaron las lágrimas y la abracé.

Nuestros cuerpos desnudos se unieron, por primera vez de igual a igual y un tímido – gracias- salió de su boca.

Bebió, ese día bebió, pero su deseo era tanto que nada conseguía calmar su sed.
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 Un miedo atroz se apoderó de él mientras se ajustaba la corbata en el recibidor. Dejaba la ropa allí porque odiaba que le viera en la realidad de su traje de chaqueta.
Su miedo no era porque temiera lo que tenía fuera, temía lo que dejaba atrás. Temía que el recuerdo de aquella sensación de protección se apoderara de él. Temía necesitar volver una y otra vez a ronronear entre sus piernas. Pero ese miedo ya lo había sentido mil veces, solo que ahora tenía la recompensa de haber vivido la experiencia. Antes tenía ese miedo sin conocer lo que era sentirse poseída.
¿Y acaso no temía también la monotonía de su vida? Otra vez el péndulo.
Deseaba correr.
Como tantas veces. Solo que ahora tenía claro en qué dirección deseaba hacerlo.
Una amplia sonrisa iluminó su rostro. Una vez más había tenido razón. Vivir nuestra fantasía le ayudaría a marcarse el camino y saber en qué dirección andar le calmaría.
Las ganas de correr desaparecieron y, de repente, sintió  el calor primaveral sobre su rostro y lo que es más importante; comenzó a disfrutarlo.







Las imágenes que ilustran este relato han sido buscadas por "Gatita".

lunes, 20 de enero de 2014

UNA EXPERIENCIA, DOS MIRADAS.- Por Utópica




Nada como un reto para activar mi mente; quien me conoce lo sabe. Quizás por eso mis amigos habían decidido darme una sorpresa.
Solo sabía el nombre de los implicados, Al-Ándalus y Ejiménez; y sabía que ambos habían apostado contra mí, pero no sabía en qué consistía el reto y lo que nunca supe era que ocurría si no era capaz de superarlo; quizás es que, a pesar de su apuesta, era algo que no se habían planteado, jajajaja.

El caso es que días antes alguien me dio una idea para un bondage (Duendecillo) y pensé que ocurriera lo que ocurriera con el reto propuesto, de mi retador me "vengaría" llevando a cabo esa idea.
De mi retadora.... Mmmmm, esa requería otra venganza que algún día será contada e ilustrada;  prometido a todos los lectores, y esto también me lo tomo como reto jajajaja.
Al-Ándalus date por jodida!!!!!

Pero vayamos a los hechos.
No sabía que habían preparado pero los que me habéis leído sabéis que me gusta jugar y provocar, a si que, durante aquella cena de amigos, me pase toda la noche recogiendo mi pelo con unos palillos chinos mientras una y otra vez miraba a mis retadores con esa cara de niña buena que me caracteriza y les decía...

- Qué se me habrá ocurrido.

- Puede que los de las sorpresas sean los sorprendidos.

- Para qué querré unos palillos chinos.

Reían, claro que reían, pero al tiempo debían pensar.... Que de la habrá ocurrido a esta cabrona con los palillos.

Terminada la cena llega el momento de la sorpresa. Previamente al-Ándalus me había dicho, "solo te diré que te quiero más zorra que nunca".

- Tienes que atar a Eji, dice mi retadora. 

Una amplia sonrisa ilumina mi rostro, pero, ¿dónde estaba el reto? He atado a mucha gente, ellos lo sabían.

- Tienes que atarle pero sin taparle los ojos.

Jajaja ahí tenía mi reto.

- Te vas a enterar cabrona, esta te la devuelvo con creces.

Para quien no conozca a Eji, es un hombre grande, de carácter dominante y mirada intensa. Probablemente muchas tiemblen ante una mirada dura de las suyas, pero esa no era yo, sin duda.
Le miré a los ojos, le sonreí, le besé con la pasión y la excitación que me daba saber de mi batalla ganada antes de librarla. Comencé a desnudarle sin dejar de mirarle a los ojos y coloqué un par de palillos chinos con gesto retador en mi pelo.

Como siempre que aparece Lady Nudos a los pocos segundos me había olvidado del resto de la gente, solo éramos él y yo.
Le tenía. Le tenía a mi merced y por voluntad propia, uff. Ese pensamiento me excitaba.

Casi desde que nos conocíamos nuestras formas de ser, ambas dominantes, habían chocado en múltiples guerras dialécticas, tan intensas como excitantes, ahora, verle así, a merced de mi "maldad" mmmm.

Las cuerdas comenzaron a recorrer su cuerpo mientras su mirada no se despegaba de la mía. Las caricias se sucedían a través de la seda pero la reacción de su piel al ser rozada, me traspasaba como su fueran mis manos las que le tocaban. Observaba su boca. De cuando en cuando el deseo por besarle me devoraba. Me dijo algo y mi gesto autoritario, mi mirada desafiante y retadora le contestaron. No se intimidó, claro que no, nunca he pretendido eso con nadie y menos con él.
Se excito. Más. Le gustaba la idea del reto pero le encantaba ver que estaba a la altura. Lo que no sabían era que superaría la altura y con creces.
No podía observar a Al-Ándalus (suelo estar de espaldas a la gente para que nada ni nadie distraiga mi atención sobre aquello que estoy sintiendo), pero supongo que, habiéndome visto hacer muchos bondage, se preguntaría porque quedaban cuerdas colgando de las muñecas.

 Imágen real.


Fui a las piernas. Previo paso por su sexo, y las cuerdas seguían quedando sueltas, sin acabar de rematar.
No recuerdo que dibujo  cubrió aquel cuerpo, pero no puedo olvidar esa piel, no dejo de pensar en el deseo entre ambos que desde ese día solo se ha visto acrecentado. Me sobraban casi todos (y no digo todos que alguna me mata) y en ese momento, cuando estaba a punto de rematar mi jugada y sorprenderles con mi atrevimiento. Me paré, le miré a los ojos, y me plantee si continuar adelante.
Sí, estaba relajado, tranquilo, excitado, colaborador, pero, sobre todo vi a mi amigo, aquel con quien tantas charlas había tenido, y recordé cuan parecido era a mí. Jugaba por placer, no le importaría perder y disfrutaría viendo que estaba a la altura.
Comencé a sacar los palillos chinos uniéndolos a cada uno de los cabos que habían quedado sueltos.
Cinco cuerdas, cinco palillos, cinco apéndices, un reto, y yo me había fabricado una marioneta. Ufff y qué marioneta.

Entonces sonreí y goce.
Cualquiera pensaría que fue sensación de poder, de dominación.  Noooooo, era sensación de felicidad, de complicidad, de amistad, era la sensación de saber que mis retadores estaban orgullosos de haber perdido el reto.
Le había atado, le había convertido en una marioneta cuyos apéndices se movían a mi antojo.
Había aprobado sí, con matrícula de honor, si. Pero la satisfacción venía de saber que solo de  la relación que nos unía podíamos hacer algo así. Otra vez nuestra amiga la complicidad.

Hace poco, recordándolo con Al-Ándalus me dijo:
Cagoenlarazonquenosparo, si no, ese día se lía.

Quizás algún día vendrá la segunda parte querido Eji, no te digo más.

Lo que queda de esa noche, es un buen recuerdo, un deseo y cuatro personas que tenía cerca a las que puedo decir Tq.

viernes, 3 de enero de 2014

PROXIMA FIESTA Para empezar el año.

Fiesta privada el sábado 4 de enero

Tenemos una petición muy especial y a partir de ahí ha surgido la posibilidad de hacer algo distinto...
Y queremos haceros partícipes de ello para que unos amigos por fin se atrevan a dar el paso de sumergirse en el mundillo liberal. Así que os preguntamos:

 ¿Sois pareja?
¿Tenéis ganas de experimentar, divertiros y pasarlo bien?
¿Os gusta jugar y no tenéis dónde?
¿Coqueteáis con la idea de quedar con otras parejas y no os atrevéis a dar el paso, como nuestros amigos, y un local os resulta demasiado impersonal?

 Da igual que seáis novatos o que ya tengáis experiencia, lo que queremos es disfrutar de una velada agradable en la mejor compañía y ayudar a crear feeling entre parejas que de otro modo no se conocerían. Al estar en un chalet, tenemos la posibilidad puntual de aumentar el espacio a más del triple del habitual en el Rinconcito, así que el número de parejas no es problema. Solo habrá chicos solos que entren a petición de las parejas y las chicas que lo deseen en un número limitado. Eso sí, las chicas que lo deseen podrán comentarnos sus preferencias e intentaremos hacer realidad sus fantasías.




Además del Rinconcito con dos grandes camas, habrá una zona oscura para los más morbosos, una especialmente acogedora al calor de la chimenea (un caprichito de nuestros amigos) y otra de contacto donde incluso podremos desarrollar juegos para romper el hielo. Os invitamos a dejar volar vuestra imaginación y vuestros instintos más lúdicos con juegos de mesa eróticos para adultos en grupo o en pareja, como Solo Adultos, Torture Play, Fuck, Nookii o Strip Poker, máscaras o disfraces. Podéis traer desde vuestra lencería más atrevida hasta vuestros juguetes favoritos y estamos abiertos a todo tipo de propuestas para esta y otras ocasiones.

El precio es de 20 € por pareja y 30 € los chicos solos si los hubiera, e incluye picoteo y refrescos, cerveza y cava, así como el uso de los juegos de mesa eróticos si lo solicitáis. Las chicas solas estáis invitadas.

ACTUALIZACIÓN: La hora de entrada es a partir de las 20:00 a petición de algunas parejas. A partir de las 23:30 la actividad y el espacio se limitará al Rinconcito para aquellas parejas que lo soliciten y lo deseen y previo acuerdo podrán disfrutar de ello la noche completa. Consultadnos sobre esta posibilidad.

Así que si sois atrevidos o si solo tenéis curiosidad, ya sabéis... ¡Animaos!

Llamadnos antes del viernes 3 al 645449157 o escribidnos a rinconcito69@gmail.com.