miércoles, 8 de julio de 2015

UNA TARDE DE BI-CIO por Utópica

Me excitaba muchísimo la idea de follarle en público. Saber que nos miraban mientras abría su precioso culito y me regalaba una de sus sonrisas provocadoras. 
Ese pensamiento me fue acompañando a lo largo del día, de manera que, cuando le vi ya estaba excitada.
En esas circunstancias entramos al local y tras unos largos preliminares que no voy a entrar a detallar, entramos en una habitación. 
Las grandes cristaleras serían mis aliadas. Cerré la puerta, pero abrí bien las cortinas para asegurarme ser vistos.

Comenzamos a besarnos, acariciarnos, tocarnos....
La gente pasaba y miraba. Éramos una pareja más hasta que pedí que sacaras tu juguete. Entonces te abriste de piernas y empecé a jugar con tu culito. 
La gente que miraba, ya lo hacia de otra manera.
Miraba dos veces, supongo que queriendo ver si era verdad lo que veían.
¿Un chico abierto de piernas mientras su chica jugaba con su culito?
Espera.
¿En serio?
No.
No meter un dedito.
No jugar con su ano.
No.
Follarle, y bien fuerte con aquel dilbo vibrador que tu mismo te habías regalado.
Una pareja se paró. No dejaban de mirar tras el cristal.
Yo cada vez te follaba más fuerte. Primero porque cada vez gemías más y segundo por que quería que, cuando abriera la puerta, quien entrara lo hiciera sabiendo lo que había.
Antes de que nos diéramos cuenta la puerta se abrió y la pareja entró poniéndose detrás de mi, con lo que yo no los veía. Te miré, aun con más atención , buscando en tus gemidos, en tu mirada, una aprobación. La vi y permití que aquello siguiera su curso.
- Dame el arnés- Te dije al oído....
Me lo coloqué sin apartar mi mirada de ti. El chico me ayudo a tensarlo. Veía, sentía que observaban cada movimiento. Te pedí que te pusieras a 4 patas, la chica se tumbo junto a ti y de nuevo te penetré, pero esta vez directamente con el arnés.
Te escuchaba gemir a cada embestida. Esos grititos que me vuelven loca. 
Guiaste a la chica a que colocara su coñito a la altura de tu boca y la colocaste sobre ella. Y digo bien, colocaste tu boca sobre ella, no la comiste, porque no se si realmente empezaste a comerla el coño o solamente con la inercia de mis embestidas llegabas a el.
El chico seguía tras de mi y, de alguna manera encontró hueco entre las cinchas del arnés para meter sus dedos dentro de mi coño.

- Quiero follarle, me dijo.
- Es una buena zorra, no imaginas como menea el culito en cuanto siente algo arrimarse.
- Mmmm, mira cariño. Quiere follarte- Te dije al oído- ¿Quieres? A mi me encantaría verlo, ver como se follan a mi puta.
- Siiii.
Fue tu escueta pero contundente respuesta apartando un segundo tu boca del coño de la chica.
Entonces sentí como el chico buscaba mi coño para follarme. Pensé... Quizás me he confundido y ha dicho que quiere follarme a mi. Pero su polla no acababa de entrar y fue en busca de la boca de aquella chica que se notaba no era su chica. Unos segundos después , sin dejar de tocarle, le guié hacia tu boca. Ver con que excitación la abrías para recibir aquella polla que sabias iba a follarme me hacia embestirte aun más fuerte; y más fuerte te embestí cuando la polla salió de tu boca para entrar definitivamente en mi coño.
Sentía como al ser follada la fuerza de ambos entraba en ti.
Te hablaba. No recuerdo bien que te decía, pero algo sobre la fuerza de aquella polla, y sobre que serias el siguiente en sentirla dentro de ti. No estuvo mucho follándome. No creo que fuera yo su objetivo, y no me extraña. Estabas más que deseable a cuatro patas y jadeando de aquella manera.
Aparté mis caderas de tu culo dejando paso a aquella polla, más o menos del mismo tamaño que mi arnés.
Se agarró a tus caderas y empezó a follarte mientras yo, a tu lado, hablaba a tu oído.
Dejaste el coño de lado para besarme una y otra vez, jadeando como la perra que te sentías hasta que nuestro amigo se corrió.
Cuando se fueron nos cogimos un pequeño descanso comentando lo ocurrido, pero esta vez con la puerta abierta de par en par, para recuperarnos del intenso calor.
Yo estaba boca arriba, de cara a la puerta, y cada vez que se asomaba un chico, una sola mirada mientras me acariciaba la "polla" bastaba para disuadirles para que no entraran.
El descanso duró poco. Rápido comenzamos de nuevo a besarnos y tocarnos cuando un nuevo chico asomó su cabeza, solo que esta vez, verme acariciar el arnés, no solo no le disuadió, si no que le animó a entrar.
Te pedí que me follaras mientras yo seguía boca arriba sin dejar de acariciar aquella polla de plástico.
Nuestro nuevo amigo se subió a la cama y se colocó junto a mi, restregando su polla contra mi pecho. Yo le dejaba hacer pero estaba pendiente de ti, de tus embestidas, de tu cara mientras me follabas y veías como aquella polla se acercaba cada vez más a mi.
Me besaste y la polla se arrimó más.
- Vamos a comerle la polla entre los dos cariño.
Y así hicimos. Mamársela a medias mientras me follabas.
Que morbazo. 
Sentía tu polla dura como una piedra dentro de mi, dándole cada vez más fuerte cuanto más dura se ponia la polla de nuestro amigo, ya solo en tu boca, al tiempo que no dejaba de susurrarte al oído cuanto me gustaba verte tan puta, comiendo con tanta ansia aquella polla. 
 Sentí una nueva mano en mi pierna, otro chico había entrado, las manos iban y venían por mi cuerpo, pero mi excitación venia solo de ti, de sentir como me embestias excitado con su polla en tu boca, polla que mamabas con muchísimo gusto.
Te corriste casi sin darme cuenta, con tus temidos ahogados sobre aquella polla.
Entonces solo desee quedarnos solos, acariciarte y besarte calmadamente agradeciéndote la tarde de lujuria que me habías regalado.